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Carlos II la "fragilidad" del monarca

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Carlos II la "fragilidad" del monarca Empty Carlos II la "fragilidad" del monarca

Message par Admin Jeu 30 Nov - 19:52

La première (et pour l'instant la seule) question abordée dans le groupe de travail concerne la personne même du roi, le rapport entre sa dégradation physique et l'état de l'Espagne. Voici ma propre intervention à ce propos.

Creo que no conviene darle demasiada importancia a esa cuestión por más que cierta historiografia decimonónica haya insistido muchísimo en ello. Es cierto que es sumamente llamativo el supuesto paralelismo entre el carácter enfermizo y endeble del rey y, por otro lado, la también supuesta decadencia del imperio español. La tentación de equiparar los dos aspectos es muy grande y muchos historiadores dieron el paso sin más precauciones. Pero todos sabemos que el gran tentador es el diablo y hay que saber resistir las tentaciones diabólicas no solo en lo que se refiere al pecado del sexo sino también en el mundo de la ciencia. El análisis histórico actual no va por ese camino y Uds también han de evitar caer en esa trampa.

Tampoco conviene, claro está, encerrarse en la tesis contraria. Sería absurdo comparar a Carlos II con sus dos antepasados más brillantes (aunque en campos muy distintos): el emperador Carlos Quinto y el rey Felipe Segundo. No tenía ni la gallardía física del primero ni la capacidad de trabajo del segundo. El último de los Habsburgos no destaca ni en la épica ni en la burocracia. Y por supuesto, la España de finales del siglo XVII no es ya la primera potencia económica y militar del mundo como lo era en el siglo XVI.

Lo que importa es no exagerar ni en un sentido ni en el otro y, sobre todo, reflexionar de forma pausada, profundizando el análisis de los diferentes aspectos de una realidad más compleja de lo que parece a primera vista.

Creo que esa reflexión puede desarrollarse a partir de un elemento decisivo del contexto histórico, que de alguna manera también explica el éxito de la tesis de una analogía entre la decadencia de la persona del rey y la decadencia del reino. Ese elemento es el carácter DINASTICO del sistema político.

La España del siglo XVII es una monarquia absoluta y la figura del rey resulta ser la clave de toda la estructura de poder. De ahí que todas les fuerzas que actúan dentro o fuera de España estén al acecho de lo que ocurre a la persona misma del rey. La evidente fragilidad física del monarca y sus limitadas facultades intelectuales (aunque no era ni idiota ni inculto) tiene pues su importancia. También la tiene  - y tal vez más  aún - el hecho que Felipe IV muere cuando el heredero tan sólo tiene 4 años. Según las reglas del principio dinástico su madre ha de ejercer una larguísima regencia, algo que no había sucedido en España desde la Edad Media (cf la figura de María De Molina). Ambos factores (los "defectos" y la minoridad) despiertan las ambiciones políticas de grandes nobles que, a su vez, aumentan la debilidad de la monarquía: el círculo es perfecto. A esto se añaden las ambiciones extranjeras : muy pronto París y Viena quieren repartirse los despojos del Imperio español y esta idea se vuelve aún más fuerte cuando resulta evidente que Carlos II es impotente y que la dinastía de los Habsburgos de España se acabará con él. Como es sabido, este hecho desembocará en la Guerra de Sucesión (1700-1714).

Es en este conjunto de factores (que me limito a esbozar muy rápidamente) donde puede cobrar sentido la mención de los límites físicos e intelectuales del monarca. Pero no todo es "decadencia" en el reinado de Carlos II. A partir de 1680 (el rey tiene sólo 19 años) empieza una fase de reformas y desarrollo durante los 20 últimos años de la vida del monarca. Aunque no muy visibles de inmediato estos cambios prepararán el gran auge del siglo XVIII, sobre todo con el reinado de Carlos III. O sea que no conviene escribir toda esa historia cargando los tintes más oscuros y alimentando así la "leyenda negra" fabricada por los enemigos de España en el siglo   XVII.

Por último cabe señalar un hecho muy paradójico en apariencia aunque su lógica es fácil de entender. Se produce el intento de compensar las limitaciones de la presencia real con un ambicioso programa iconográfico. Los artistas están encargados de representar las glorias de la monarquía hispánica a través de un número infinito de pinturas y estampas de todo tipo, tanto retratos embellecidos del rey como representaciones alegóricas. Muy poco visible en la realidad (sólo hizo un viaje a Aragón en toda su vida) Carlos II es omnipresente por la imagen. Este aspecto es muy valorado hoy por la investigación histórica (véanse los diferentes estudios de Víctor Minguez recopilados en La invención de Carlos II. Apoteosis simbólica de la Casa de Austria). Habría que dedicarle d'une reflexión en un tema de escrito (si viene al caso por supuesto) o de oral. Es tanto más importante cuanto que la "guerra de los discursos y de las imágenes" cobra en este período un relieve que nunca existió antes (véanse también las diferentes "campañas de prensa" de Juan José de Austria). En cuanto a la figura del monarca podría resumirse en esta paradoja: su imagen es tanto más apoteósica cuanto que su realidad es endeble.

En conclusión :

- no darle importancia excesiva (y menos aún exclusiva) a los problemas de salud del rey ni ver en esta dimensión un símbolo de la "decadencia de España". No olvidar que en los últimos 20 años la situación del país mejora.
- Estudiar en cambio las implicaciones recíprocas entre la fragilidad del monarca y las ambiciones de unos ya otros en las relaciones de poder.
- Estudiar también la implicación paradójica entre la fragilidad del monarca y la grandiosidad de su imagen.

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